Presidente de México justifica el cese de sus operaciones en el país
Este jueves, ante la disolución de un grupo de antinarcóticos de México que colaboraba con la DEA de Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que “eso sucedió hace más de un año” y justificó que se debió a que estaba infiltrado por la delincuencia.
Sin embargo, el mandatario descartó afectaciones con Estados Unidos, ya que, dijo, “es buena la relación, pero con respeto”.
Advirtió, no obstante, que “ya no es el tiempo de Calderón ni del exembajador Arturo Sarukhán”, a quienes acusó de que permitían la entrada de armas a México.
Según la agencia Reuters, el grupo al que se refirió López Obrador era una de las unidades de investigaciones especiales (SIU, por sus siglas en inglés) que operan en unos 15 países y que los funcionarios estadounidenses consideran invaluables para desmantelar poderosas redes de contrabando y atrapar a innumerables capos de la droga en todo el mundo.
Las SIU son entrenadas por la DEA, pero están bajo el control de los gobiernos nacionales. En México, los más de 50 oficiales de esa unidad policial fueron considerados entre los mejores del país y trabajaron en los casos más importantes, como la captura en 2016 de Joaquín “El Chapo” Guzmán, del Cártel de Sinaloa.